21 Mar ¿Qué sulfatadora deberías comprar? La mejor
Una sulfatara es una práctica herramienta de máxima utilidad a la hora de mantener jardines, huertos y, en general, áreas cultivadas libres de plagas sin que las plantas o las cosechas sufran daño alguno.
También resultan eficaces en el momento de limpiar en profundidad cualquier superficie exterior como terrazas y azoteas, entradas a viviendas unifamiliares o las áreas perimetrales de una piscina.
Machine Planet tiene en cuenta que, las sulfatadoras son las mejores herramientas para prevenir o eliminar plagas, además, ofrecen un uso sencillo y requieren un mantenimiento mínimo que te ofrecemos con los mejores recambios para maquinaria de jardinería.
El problema está en que existe una amplia variedad de equipos para sulfatar: sulfatadoras eléctricas, de gasolina, de mochila, de carretilla… y no siempre resulta fácil determinar el modelo más conveniente en cada caso.
Tipos de sulfatadoras, ¿cuál elegir?
El mecanismo de funcionamiento de una sulfatadora es muy sencillo, por lo que es una herramienta apta tanto para un uso profesional como doméstico.
Cualquiera que desee tener un jardín, huerto o una pequeña plantación de frutales en perfectas condiciones, tarde o temprano, querrá tener una de estas máquinas que garantizan la rápida y eficaz distribución de los distintos productos fitosanitarios para plantas e incluso para tratamientos específicos del ganado.
Las sulfatadoras constan de tres elementos básicos: un depósito, en el que almacenar las distintas sustancias, líquidas o en polvo, como fertilizantes, herbicidas, o fungicidas, una bomba de pulverización ,que los expulsará al exterior, con o sin la fuerza de un motor, y una serie de lanzas y boquillas, que son las encargadas de distribuir de manera precisa y homogénea los productos aplicados.
La conjunción de estos tres elementos permite que los equipos de sulfatar puedan pulverizar las sustancias que contiene el depósito, esparciéndolos sobre el área a tratar, haciendo que caigan sobre las plantas, en forma de un ligero y eficaz rociado, con total facilidad para el usuario.
Dependiendo del tipo concreto de trabajo que quieras realizar y especialmente de la extensión de la superficie que vayas a tratar, en una primera selección de la sulfatadora más conveniente tendrás que elegir entre:
Sulfatadoras manuales
Son las más básicas y, en ellas, la fuerza necesaria para comprimir los productos del depósito y expulsarlos al exterior tiene que hacerla quien la utiliza, accionando manualmente un mando o manivela.
Lógicamente son menos rápidas que las sulfatadoras que cuentan con motor y la distribución de los productos puede resultar menos homogénea.
Aun así, pueden ser una buena opción para tratar áreas pequeñas o puntos concretos de un jardín o huerto de difícil acceso.
Sulfatadoras eléctricas
Son silenciosas y ligeras y necesitan suministro eléctrico para que su motor funcione. Las más recomendables son las sulfatadoras eléctricas con batería de litio recargable, ya que, un equipo de estas características, que tuviese que estar constantemente conectado a red, tendría una autonomía demasiado limitada para resultar eficaz.
Sulfatadoras de gasolina
Son las más potentes y prácticas y con ellas es posible realizar cualquier trabajo de fumigación, desinfección o reparto de productos fertilizantes.
Sus motores de 2 o 4 tiempos pulverizan en segundos cualquier sustancia dejándola en condiciones óptimas para una rápida aplicación que llega a cualquier rincón donde sea necesario repartirla.
Sin duda, para un uso frecuente – intensivo, para trabajar en puntos especialmente sensibles a la proliferación de plagas, o para obtener buenos resultados en grandes extensiones, la potencia con la que cuentan las sulfatadoras de gasolina las hace especialmente recomendables.
¿De mochila o de carretilla?
Determinada la potencia que necesita tu equipo de sulfatar, también es importante determinar la sulfatadora con la que podrás trabajar con mayor comodidad.
En este sentido, debes tener en cuenta dos variables: el peso de la sulfatadora y el tiempo que te van a llevar las labores de fumigación o fertilización según las características de extensión y tipo de vegetación que vas a tratar.
Tienes varias opciones:
Mochilas de sulfatar
Son las más utilizadas por su comodidad y por la ventaja que supone llevar el equipo a la espalda y disponer de mayor libertad de movimientos.
Se trata de máquinas de cuidado diseño ergonómico, con correas ajustables y acolchadas y además con depósitos totalmente seguros, ya que, son anti transpirables para evitar cualquier contacto de los distintos productos con la piel.
Las mochilas de sulfatar son muy fáciles de utilizar y permiten una óptima maniobrabilidad, para que el operario pueda centrarse en la aplicación del producto mientras avanza sin, prácticamente, tener que ocuparse de la máquina.
Las sulfatadoras de mochila de gasolina son potentes herramientas con las que poder llevar un gran depósito de producto a la espalda sin esfuerzo, haciendo posible prolongar el trabajo durante horas.
Son también las más aconsejables para aplicar tratamientos en altura sin problemas, por ejemplo, para fumigar, en su totalidad los árboles más altos.
Sulfatadoras de carretilla
En este caso, el equipo de sulfatar va acoplado a una ligera pero resistente estructura metálica que además cuenta con una rueda delantera o con varias ruedas para facilitar, así, el transporte. Suelen ser las sulfatadoras de gasolina más potentes y de mayor capacidad, para poder realizar trabajos profesionales o para un uso doméstico intensivo.
Las prestaciones de la mejor sulfatadora
Capacidad y versatilidad del depósito
Para que tu sulfatadora resulte realmente eficaz, es importante que su depósito tenga la capacidad suficiente para dar buena respuesta sin tener que interrumpir el trabajo por falta de producto.
Todo depende del uso previsto pero para hacerte una idea, el depósito de una sulfatadora de mochila debe tener una capacidad aproximada de 15 – 25 litros. Para que te pueda compensar la opción de una sulfatadora de carretilla, esa capacidad debe oscilar entre los 50 y los 100 litros.
Además, a la hora de adquirir tu sulfatadora fíjate en si el depósito admite tanto productos líquidos como en polvo, resultando, así, una máquina más versátil que podrás utilizar en la aplicación de distintos tratamientos fitosanitarios.
Presión y caudal
La cantidad de producto que el equipo es capaz de expulsar y verter sobre la vegetación con la textura y la homogeneidad deseada es un detalle que indica su eficacia.
Esa fuerza de pulverización determina la rapidez en el trabajo y sus buenos resultados.
Presión y caudal son dos conceptos que van de la mano y, en combinación perfecta, resultan imprescindibles para permitir fumigar eficazmente incluso en condiciones complicadas que requieran lanzar el producto a gran distancia, sobre tupida vegetación, en rincones de difícil acceso o sobre las copas de los árboles.
Los equipos que admiten la posibilidad de adecuar la presión y el caudal a cada tipo de trabajo son los más recomendables.
Lanzas y boquillas
Cuantos más accesorios de este tipo tenga una sulfatadora más útil y eficaz resultará, al poder dar respuesta a necesidades variables.
Elige equipos que admitan lanzas de distintas longitudes y ofrezcan boquillas intercambiables (al menos dos) para tener siempre controlado el flujo y la velocidad del caudal.
Prestaciones adicionales
Otros detalles que son puntos a favor a la hora de elegir la mejor sulfatadora son: el peso, cuanto más ligero sea el equipo, mejor; la posibilidad de admisión de todo tipo de productos como fertilizantes, herbicidas, insecticidas líquidos o en polvo, la opción de su uso en labores de desinfección de espacios exteriores (no sólo superficies cultivadas) y las funciones extras como la que supone que la sulfatadora sea también un potente soplador.
Todo ello sin olvidar la importancia de comprar sulfatadoras de reconocidas marcas especializadas en maquinaria agrícola, forestal y de jardín que te ofrezcan las mejores garantías y un servicio postventa de confianza.